Hace poco más de dos años que queríamos una gatita para el piso. Primero porque Jaime tenía vacaciones y aprovecharía para ir a la Semana Santa a su tierra. Yo como trabajaba en Carrefour por las mañanas y por las tardes en Leroy Merlín pues me era imposible. Jaime quería la gatita para que así me hiciese compañía.
Fuimos a la protectora de animales de Tarragona y cual fue nuestra sorpresa que de todas las gatas que había, hubo una que estando yo agachado intentando llamar la atención de una gata, se me subió a la espalda y me estornudó literalmente en el cogote. Vamos que ella me eligió a mi.
Quedamos en recogerla en unos días. Pero los días iban pasando y no llamaban. Era raro. Llamé y me dijeron que la gata estaba costipada. Y que por eso no nos habían llamado. Lo que respondí yo era que si estaba costipada que me dijeran que es lo que le estaban dando para seguirla tratando yo. Así que con toda nuestra alegría la fuimos a recoger y la trajimos al piso.
Era muy mimosa (bueno, todavía lo sigue siendo). Pero el costipado no se le iba. Jaime que sólo había tenido pájaros y esta era su primera mascota "grande" se ponía cada vez más nervioso porque se acercaba el día en que se tenía que ir y veía que la gata seguía igual, que se irritaba a veces por nada, que depende de donde la tocaras te gruñía y que le cambiaba mucho el humor. Esto sumado a que se quedaría sola bastante tiempo en casa y yo no me podría ocupar de ella. Con el corazón en un puño se lo comenté a mi madre y se ofreció a que la llevaramos a su casa que como tenía un gato castrado (Tizón, un bonachón que te lo comías de lo bueno y tontorrón que era, eso si, tenía sobrepeso) no había problema ya que ella no trabaja.
El caso es que al no pasársele el costipado (mi madre al estar la otra gata enferma ya vigilaba que cada uno comiera su comida y agua de su comedero y bebedero respectivamente), mi madre llevó la gata a la veterinaria. Y cual fue nuestra sorpresa al descubrir tras un intenso exámen y análisis que la gata no sólo estaba costipada, sino que tenía queratitis, sinusitis, y los ganglios inflamados. Y tenía todas estas enfermedades (y suerte que nó más) porque tenía las defensas bajas debido a que la gata tiene LEUCEMIA FELINA!!!
Nos pusimos las manos en la cabeza! Cómo pueden decir en la protectora si es un sitio que defienden y cuidan a los animales y que fue un veterinario a escultarla y ver cómo estaba de salud que sólo viera que estaba COSTIPADA!!!! Tendría que haber visto que tenía más cosas o almenos decirlo si no tienen fondos para curarla!!!!!!!!!
Para más sorpresas, el gato de mis padres (TIZÓN), entre que se tenían que repartir los mimos entre él y la gata se puso un poco depre. Pero para más inri, se murió. No sabemos de qué porque fue en pocos días y estaba vacunado contra la leucemia felina. Por lo que parece ser por como oyó mi madre que se moría (estaba hablando por teléfono y lo oyó toser) por como se lo encontró con la lengua fuera todo indica que fue un ataque al corazón provocado por su obesidad (justo hacia los años, 8 en concreto, que dijo la veterinaria: cuando llegue a los 8años de edad si sigue asi de obeso correrá problemas del corazón). Vamos fue matemático.
Fue una pérdida para mis padres la verdad. Por suerte, la veterinaria (respecto a mi gatita Phoebe) comentó a mi madre que había un tratamiento experimental. Puede ser que no funcionara, como que se recuperara y que se le tenía que dar cada año o medio año (no me acuerdo bien). El caso es que me lo preguntó y le dije que la gata estando como estaba que no se perdía nada.
Pues bueno, el tratamiento fue UN MILAGRO. Ha recuperado la energía, es muy juguetona y mimosa a más no poder. Siempre que viene alguien a casa (da igual quien sea) lo sale a recibir, le hace arrucos en fin un sol.
Os pongo dos fotos de antes del tratamiento y después. Para que veáis la diferencia. Y un video para que veáis como hace el gamba.
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